El queso bryndza es un queso de leche de oveja, sin corteza, muy consumido en Polonia, Hungría, Ucrania, Eslovaquia, etc. La historia de este queso está íntimamente relacionada con la vida nómada de los pastores. Durante la época estival los pastores conducían a sus ovejas a los pastos de montaña, donde pasarían varios meses. Durante este tiempo, casi la única fuente de alimento de la que disponían era la leche de oveja y sus derivados. De esta forma, se ha preservado en el tiempo la elaboración tradicional y artesanal de este queso.
Ingredientes: (4 personas)
- 5 hojas de pasta filo
- 250g de queso bryndza de oveja
- 1 cucharada de miel
- 300g de espinacas frescas
- 2 dientes de ajo
- aceite de tomillo (aceite de oliva virgen extra batido con tomillo fresco)
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- pimienta negra recién molida
- nuez moscada
Preparación:
- En una sartén con un chorro de aceite de oliva virgen extra doramos a fuego suave los dos dientes de ajo muy picados. Incorporamos las espinacas, subimos el fuego de intensidad, salpimentamos, espolvoreamos con nuez moscada y las rehogamos hasta que pierdan su volumen. Apagamos y reservamos.
- En un bol echamos el queso bryndza con la cucharada de miel y con un tenedor lo pisamos hasta homogeneizar la mezcla.
- Mientras en un vaso batidor vertemos un chorro de aceite de oliva y tomillo fresco. Batimos con la batidora y reservamos. Este aceite lo usaremos para pintar la masa filo.
- Extendemos las cinco hojas de masa filo superpuestas. Tenemos que empezar a trabajarlas una vez que tengamos el relleno preparado pues si se secan, se nos romperán.
- Pintamos la hoja sobre la que vamos a colocar el relleno con el aceite de tomillo.
- Disponemos la mezcla de queso y miel en uno de los bordes, no llegando a los extremos, ya que los vamos a plegar para cerrar el rollito. A lo largo del queso colocamos las espinacas.
- Comenzamos a enrollar la pasta filo. Después de la primera vuelta plegamos hacia dentro los extremos, pintándolos con un poco de aceite para que se peguen. Presionamos con cuidado la parte del relleno para que no se nos escape y nos quede bien prieto el rollito.
- Seguimos enrollando y justo antes de la última vuelta lo volvemos a pincelar de aceite para que quede bien sellado y no se nos escape el relleno al hornear.
- Hacemos unos cortes en la superficie del rollo y la pintamos con el aceite de tomillo para que coja un bonito color dorado en el horno.
- Introducimos en el horno precalentado a 180ºC durante 20 minutos.
- Para emplatar, servimos el rollo en una fuente rodeado de una ensalada de rúcula y tomate kumato aliñada con aceite de oliva virgen extra, vinagre de módena y sal.
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